martes, 21 de abril de 2020

ME QUEDO EN CASA. 40 - La Túnica de José

He tomado esta imagen de Arte Historia y es la que vamos a comentar. Estoy saliéndome de las normas. Es una obra muy conocida y su autor no digamos.
Nuestro gran pintor Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, fue grande desde sus orígenes, pero a lo largo de su vida fue evolucionando y siempre mejorando.

Web Museo del Prado
En 1628 conoce a Rubens que le anima a viajar a Italia, cosa que hace en 1629 y allí permanece dos años. Conocerá las grandes obras de la Roma Clásica, pero también las de los grandes renacentistas como Bramante, Leonardo, Miguel Ángel, Rafael. Incluso a los pintores venecianos y boloñeses.

Durante este viaje realiza La Túnica de José y La Fragua de Vulcano, dos obras en las que hay muchas similitudes y en las que se puede ver la evolución del artista.
Cambia la luz con relación a su primera época. Ahora es más natural y menos tenebrista.
Muestra, en ambas, cuerpos desnudos, en los que realiza perfectos estudios anatómicos y calidades en las encarnaciones, a través del color.
Expresiones muy bien estudiadas con relación al tema, en uno religioso, en el otro, mitológico. En los dos, la envidia y los celos son las emociones que causan el revuelo.

Podemos encontrar cosas comunes y me he permitido recortar trozos, para mostrar las similitudes.


Antes de comentar la obra, vamos a dedicarle un ratito al cotilleo y que nos perdone Dios.
Jacob, huyendo de la furia de su hermano Esaú, se marchó con su tío Labán y éste lo engañó. Jacob, estaba muy enamorado de su prima Raquel, y ofreció a su tío siete años de trabajo como dote, para casarse con ella.
 Labán lo engañó y lo casó con Lea. A cambio de otros siete años de trabajo, Jacob consiguió a Raquel.
Con ellas y sus esclavas tuvo doce hijos, que serían las doce tribus de Israel.
Con Lea tuvo seis hijos: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón.
Con Bilha, esclava de Raquel, tuvo dos: Dan y Neftalí.
Con Zilpa, esclava de Lea, otros dos: Gad y Aser.
Por fin, Dios Todopoderoso, quiso que con Raquel tuviese a José y Benjamín. Siempre fueron los favoritos de Jacob, por ser los hijos de su amada.


La Túnica de José. Óleo sobre lienzo de 213X284 cms. Pertenece a la Colección Real, pero no está en el Prado, pues al tratarse de un tema religioso, pronto fue trasladado al Monasterio del Escorial, donde se puede contemplar.

La escena
Jacob recibe la falsa noticia de la muerte de José, que se la traen cinco de sus propios hijos. Certifican la noticia mostrándole su túnica ensangrentada. El motivo la envidia y los celos. No soportaban el favoritismo del padre. Ellos pensaron matar a José. No lo hicieron. Lo encerraron en una cisterna sin agua y al final se deshacen de él vendiéndolo a unos mercaderes egipcios.
Aparecen en la escena Jacob y cinco de sus hijos; dos de ellos,  abocetados sobre un fondo que podría equivaler a una ventana o puerta sin fondo de paisaje. Lo que se percibe es que esa zona Velazquez no la llegó a terminar. No se atuvo al refrán de "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy".
La sexta figura, es la de un precioso perro.
El suelo embaldosado, la alfombra, los cayados en scorzo, caídos en el suelo, dan la perspectiva lineal.

La luz y el color
Con la luz que proviene de la zona donde se encuentra el espectador, junto con el color que es magnífico, marcan a través de los pliegues de los ropajes, los volúmenes. En las dos figuras abocetadas, no marcan nada. Se refuerza la idea de inacabado.
Los colores azules de la túnica de Jacob y la faldilla del que está de espaldas; los rojos variados de la alfombra; el paisaje que se contempla entre las figuras y que da gran profundidad, todo es clara influencia de la escuela veneciana.
Las encarnaciones nos permiten contemplar perfectos estudios musculares (mirar detalles de las piernas). Velázquez, tenía muy en su mente a Miguel Ángel

Las expresiones
El dolor de Jacob se expresa mas que con la expresión del rostro, con el hecho de arrojar el cayado e intentar levantarse.
La mentira, se puede entender mirando las caras de los que presentan la ropa, no hay seguridad, temen ser descubiertos. El que está de espaldas parece que intenta llorar para corroborar la pena.
El perro, es el único que descubre la mentira.

La composición
Pese a ser artista plenamente barroco, no hay alardes de este tipo en la composición. El centro lo ocupa la ropa de José, que sin estar,  es el personaje principal. Esto es lo más barroco.

¿Qué pasa con José?
Marcha a Egipto. Allí interpreta los sueños del faraón. Se hace famoso. Años de carestía en Canaán, los hermanos de José van a Egipto a por trigo. No lo reconocen...Esto es otra historia.
Veamos las imágenes de esa otra historia en la obra del artista cordobés, contemporáneo de Velázquez,  pero mucho menos conocido, Antonio del Castillo.

Son seis imágenes de la web del Museo del Prado:


José y sus hermanos.  
José vendido por sus hermanos.  
José interpreta los sueños al faraón. 
El triunfo de José.   
La castidad de José.  
José ordena la prisión de Simeón.










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