lunes, 20 de abril de 2020

ME QUEDO EN CASA. 39 - El Doncel de Sigüenza

Sigüenza. Fuente: Malaya
Espero que me acompañéis. Estaréis cansados como todo el mundo del confinamiento.  Vamonos a tierras que no son manchegas, aunque estén en Castilla la Mancha. Vamonos a Sigüenza, He reservado plaza en el Parador, justo en la Plaza del Castillo. Nuestro objetivo está muy cercano, pues caminamos por la calle Mayor y en un "pis pas" estamos en la Catedral de Santa María.

Es una catedral que se inicia a principios del siglo XII, época románica, y se finalizará en la época del gótico final. Además numerosos añadidos, incluso en los años cuarenta del siglo pasado, hubo que restaurar zonas del edificio y  algunas esculturas del interior. Pese a todo, sigue siendo majestuosa.
Catedral. Fuente: aguilarphoto
Hemos venido aqui para visitar un sepulcro muy conocido, el Sepulcro del Doncel. Este nombre le viene dado a raíz de unas palabras de don José Ortega y Gasset, que en su obra El Espectador 1916 dice:
"Recuerdo que dentro de la iglesia, en un rincón de la nave occidental, hay una capilla y en ella una estatua de las más bellas de España. Me refiero al enterramiento de don Martín Vázquez de Arce. Es un guerrero joven, lampiño, tendido a la larga sobre uno de sus costados. El busto se incorpora un poco apoyando un codo en un haz de leña; en las manos tiene un libro abierto; a los pies un can y un paje; en los labios una sonrisa volátil. Nadie sabe quien es el autor de la escultura. Por un destino muy significativo, casi todo lo grande es anónimo". 

Don Miguel de Unamuno, espoleado por estas palabras, fue a visitarlo y fue el que le asignó el nombre de Doncel.
El doncel fue Martín Vázquez de Arce, que muere en la lucha por la conquista del Reino de Granada, en 1486, con una edad aproximada de 24-25 años. Estuvo casado y dejó una hija llamada Ana de Arce y de Sosa, por lo tanto no era doncel. Unamuno le daría este nombre como alabanza a su juventud y belleza.

Su hermano Fernando, clérigo que llegó a ser obispo de Canarias, fue quien encargó su tumba.
Fuente: wordpress.com

Para eso estamos en la Catedral. Hemos encontrado en un rincón de la nave occidental, el más bello monumento funerario  del arte español.


Estamos ante un enterramiento bajo arcosolio. Es un arco de medio punto, decorado en el exterior con elementos góticos que nos recuerdan los arcos conopiales. El tímpano del arco tiene pinturas con temas de la pasión. En la parte central de la hornacina, un cartel sobre fondo rojizo con una inscripción, en la que se puede leer:

Aquí yaze martí vasques de arce - cauallero de la orden de sanctiago - q mataron los moros socorriendo - el muy yllustre señor duque del ifantadgo su señor - a cierta gente de jahén a la acequa - gorda en la vega de granada - cobro en la hora su cuerpo fernando de arce su padre - y sepultolo en esta su capilla - año MCCCCLXXXVI. Este año se tomaron la ciudad de loxa. - Las villas de illora mocli y mote frio - por cercos en q padre y hijo se allaron.

En la parte inferior es donde se encuentra el sepulcro que descansa sobre tres leones y en su tapa la figura del caballero, no doncel, Martín Vázquez de Arce.

La figura, en alabastro, no es yacente, aparece recostado apoyado en un haz de leña, descansando. Un libro abierto sobre sus manos. Vestido con su armadura y la cruz de la Orden de Santiago, de la que era caballero. Piernas cruzadas de manera muy elegante. A los pies un paje, parece que lamentando su pérdida y un león. 
Rostro de facciones juveniles, pelo largo y cubierto con un bonete, que se le adapta bien pero puede dar sensación de rigidez.
Tan bello lo vió Unamuno, que le llamó "El bello doncel"
El apoyar su brazo derecho  sobre un haz de leña, nos indica descanso de una faena, en este caso militar.
El libro se  interpreta como  un  caballero que sabía leer. No era lo normal. Eso le da además del valor militar, la intelectualidad.

El sarcófago. En la parte central dos pajes sujetan el escudo de armas del caballero. En los laterales aparece la decoración de candelieri, tan característica del primer renacimiento plateresco.

Acabaré diciendo que, aunque se considera obra anónima, el Profesor de la Complutense de Madrid,  Javier Miguel Martínez de Aguirre, nos lleva a pensar que su autor es Sebastián de Toledo. 

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