miércoles, 29 de abril de 2020

ME QUEDO EN CASA. 48 - Realismo pictórico



Todo cambia, todo evoluciona y da pie a que surjan nuevas ideas  en la sociedad y nuevas corrientes en el arte.  
Theodore Gericault en su Balsa de la Medusa, denuncia un hecho que estremeció a los franceses allá por  1816. 
Eugene Delacroix, en sus  obras La Muerte de Sardanápalo de 1827 y La Libertad guiando al pueblo , de 1830, canta a la Libertad. Las tres obras se pueden ver en el Louvre.


En el arte estamos en plena época romántica, es la exaltación  de los sentimientos, el patriotismo, el amor, el revivir la historia de épocas pasadas, pero todo encorsetado por el academicismo.     

Contra ese encorsetamiento  se revelarán un grupo de pintores a los que se les denominará  Escuela de Barbizon. Todos quieren romper con las normas que impone el academicismo en cuanto a los temas, ellos buscan la naturaleza como única fuente de inspiración; las normas las impone ella con sus cambios naturales de luz, de formas, de paisaje. Así surge una nueva corriente pictórica  en Francia tras la Revolución de 1848.

El realismo pictórico

Se quiere pensar, que una exposición presentada en el Salón París, en 1824, sobre la obra de John Constable, fue la que despertó el interés en algunos artistas por el paisaje. Está demasiado lejana en el tiempo, por lo que es más factible afirmar que el gran movimiento popular de 1948, es el detonante para estos artistas. 

Desde mi punto de vista, Gustave Courbet y Jean-Baptiste Camille Corot, se pueden considerar los padres o precursores del nuevo movimiento.

Courbet, nacido en Ornans, fue un activista revolucionario, pero no sangriento. Amigo de Corot y de Daumier. Una frase famosa suya: "si dejo de escandalizar, dejo de existir". En esta obra tenemos a los picapedreros, no es su obra más conocida pero si representativa para el carácter de Courbet. Sus obraa más conocidas son "Entierro en Ornans", "el taller del pintor" y por su marcado erotismo, "el origen del mundo".

Corot, de origen burgués, familia acomodada, viajó mucho por Italia y por su país. Visitó el bosque de Fontainebleau y entra en contacto con Théodore  Rousseau. Cultivó el paisaje realista y. con el paso del tiempo, será precursor de una nueva corriente, el impresionismo. La obra elegida, El estanque de Ville-d'Avray del Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina. 
Théodore  Rousseau, Honoré Daumier y Rosa Bonheur son artistas de esta corriente.

El vagón de tercera. Daumier
Un perro de Rose Bonheur

Encinas de Théodore Rousseau

El objetivo de esta entrada es Jean Françoise Millet, no es el mejor de los pintores del realismo, pues según los críticos, no manejaba ni el dibujo, ni el color, ni los volúmenes, pero El Ángelus y las Espigadoras son, sin lugar a dudas, las obras más conocidas de esta corriente.
El Ángelus. 1857-59. Museo D'Orsay 

Las espigadoras. Museo d'Orsay. 1957
A Millet se le puede considerar como fundador de la Escuela de Barbizon, cosa que otros niegan.
Su origen está entre una familia campesina, que pese a las necesidades, lo mandan a estudiar pintura a Cherbourg. Allí conseguirá una beca para estudiar en París bajo la dirección de Paul Delaroche, pintor romántico que no consiguió convencerle. Para él la pintura que se hacía eran grandes viñetas y  muchos efectos teatrales, pero sin emoción. No congenió tampoco con sus compañeros que decían de él que era huraño, poco comunicativo,  como un hombre de madera.
Sus amigos decían  todo lo contrario, humilde, íntegro y honrado.
En una primera etapa cultivó el retrato, incluso el bodegón.
Paulina Ono. 1841. Museo de Boston
Jarrón con margaritas. Museo d'Orsay

En 1849 se traslada a Barbizon, donde permanecerá hasta su muerte. Las obras de esta etapa son las que le darán dinero para sobrevivir y mucha fama. Su tema favorito será el de los campesinos en sus tareas diarias, en paisajes apacibles

Hombre con azadón. Getty Center


Caza Nocturna
Otoño. Col. Part.











Rebaño, luz de luna 1872. Museo d'Orsay
El aventador. 1848. Louvre
Interpretó la leyenda de La Fontaine sobre el leñador y la muerte


Vincent van Gogh estaba fascinado con Millet, hasta tal punto que recreó algunas de sus obras.

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Salvador Dalí estaba fascinado con El Ángelus de Millet. Dalí opinaba que las dos figuras están rezando sobre la tumba de su niño muerto, más que el Ángelus. Dalí insistió tanto en este hecho que al final radiografiaron el lienzo, confirmando sus sospechas: la pintura contiene una forma geométrica sobre la que se pintó después, muy parecida a un ataúd.​ Sin embargo, no se sabe si Millet cambió de opinión sobre el significado de la pintura, incluso si esa forma es realmente un ataúd.

Para terminar una mención especial para Edouard Manet. Fue un pintor realista, pero con momentos románticos, sobre todo cuando se dedica a reproducir grandes obras de los clásicos. El dedicarle esta mención especial, es por que junto con Monet, serán los padres del Impresionismo.

Olympia. Museo d'Orsay

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