Hoy estoy sorprendido y agobiado. Ayer me di cuenta que las entradas que había hecho en este blog, muchas de ellas, habían perdido las imágenes y habían sido sustituidas por este disco de dirección prohibida.
Me pregunto ¿quién lo habrá hecho?. ¿A quién ofendo? No lo sé.
Me imagino el motivo. Utilizar imágenes sin indicar su procedencia.
La sorpresa más grande, ha sido que me han eliminado hasta fotografías hechas por mi, concretamente en la entrada 33 sobre el Puente Ariza. Y más aún, en la entrada 18, relativa al escultor Constantino Unghetti, me bloquean tres fotos que me había cedido, muy amablemente, su hija Paz Unghetti.
Las dos entradas, ya están arregladas, espero que no aparezcan revisores incordiando y empeorando nuestro aislamiento. Estas entradas son una entretenta para mi y están dedicadas a familia, amigos y antiguos alumnos, para que tengan cinco minutos de distracción en su aislamiento.
Me he agobiado. He estado arreglando las que he podido y seguiré en ello tranquilamente. Todas las relativas a recordar la Semana Santa de Málaga, dedicadas al grupo de Mayores Málaga Perchel, al cual pertenezco, las he eliminado, pues más del cincuenta por ciento de las fotos habían sido eliminadas. Son demasiadas para arreglar.
Me afianzo en la idea de que el motivo ha sido no indicar el origen de las fotos, la mayoría eran de las páginas web de las cofradías.
No me rindo, el hacerlo sería una cobardía y no cumplir lo prometido, además empeoraría mi confinamiento. Esto lo hago con gusto, aunque me cueste trabajo y sobre todo en honor a los que leen mis entradas y me animan a que siga haciéndolo.
Hoy he elegido una obra del Museo del Prado. Siempre que bebo de sus fuentes y descargo algo me preguntan que si es para uso personal. Respondo que sí, es lo normal. Es un honor.
Es un óleo sobre tabla de pequeño tamaño 48X35. La escena se desarrolla dentro de un espacio arquitectónico, que el artista, copia en parte de un grabado de Donato Bramante.
La escena. El grupo principal está formado por Cristo y cuatro sayones, uno de ellos le tira del pelo.
A la derecha un soldado que se cubre su armadura con la túnica de Jesús. A los pies del mismo aparece un ciego pidiendo limosna. Esta figura puede ser alusión a la ceguera del pueblo judío.
A la izquierda dos personajes, ataviados con ricas ropas, hablan o discuten de lo que ocurre, pues uno de ellos señala la escena.
Más atrás, Pilatos sentado en su trono contempla la escena, al igual que el resto de personajes que se asoman a la terraza.
El dibujo. Siguiendo la web del Museo del Prado, parece ser que hizo el dibujo primitivo sobre papel, después lo pasó a tabla por el sistema del estarcido.
Las expresiones.
Si nos fijamos en los detalles elegidos, nos damos cuenta que en esta primera etapa predomina la línea. A través de ella y copiando el grabado de una iglesia en ruina de Bramante, consigue cierta perspectiva.
No son las expresiones su fuerte en esta primera etapa, se percibe la influencia de su origen nórdico alargando las figuras, engalanadas con ricos ropajes (figuras de la izquierda), pero todas faltas de expresión.
Ridiculiza a los sayones, algo también muy nórdico.
La figura de Jesús, no sufre, languidece.
En las arquitecturas y el paisaje que aparece de fondo vemos la influencia italiana de esta primera etapa. Casi se puede decir que el paisaje es de la Umbría.
Me pregunto ¿quién lo habrá hecho?. ¿A quién ofendo? No lo sé.
Me imagino el motivo. Utilizar imágenes sin indicar su procedencia.
La sorpresa más grande, ha sido que me han eliminado hasta fotografías hechas por mi, concretamente en la entrada 33 sobre el Puente Ariza. Y más aún, en la entrada 18, relativa al escultor Constantino Unghetti, me bloquean tres fotos que me había cedido, muy amablemente, su hija Paz Unghetti.
Las dos entradas, ya están arregladas, espero que no aparezcan revisores incordiando y empeorando nuestro aislamiento. Estas entradas son una entretenta para mi y están dedicadas a familia, amigos y antiguos alumnos, para que tengan cinco minutos de distracción en su aislamiento.
Me he agobiado. He estado arreglando las que he podido y seguiré en ello tranquilamente. Todas las relativas a recordar la Semana Santa de Málaga, dedicadas al grupo de Mayores Málaga Perchel, al cual pertenezco, las he eliminado, pues más del cincuenta por ciento de las fotos habían sido eliminadas. Son demasiadas para arreglar.
Me afianzo en la idea de que el motivo ha sido no indicar el origen de las fotos, la mayoría eran de las páginas web de las cofradías.
No me rindo, el hacerlo sería una cobardía y no cumplir lo prometido, además empeoraría mi confinamiento. Esto lo hago con gusto, aunque me cueste trabajo y sobre todo en honor a los que leen mis entradas y me animan a que siga haciéndolo.
Hoy he elegido una obra del Museo del Prado. Siempre que bebo de sus fuentes y descargo algo me preguntan que si es para uso personal. Respondo que sí, es lo normal. Es un honor.
Empecemos dando unos breves datos biográficos del autor de la obra elegida.
Alejo Fernández, nace en Alemania en 1470. Se sabe que es alemán por un documento conservado en la Catedral de Sevilla, que reza: Maestro Alexos pintor alemán.
Con 26 años está en Córdoba y en 1498 se casa con María Fernández, hija del pintor Pedro Fernández, de los que toma el apellido.
Sevilla, con los descubrimientos, comienza a convertirse en foco importante de la economía y cultura del momento. Alejo en 1508 se encuentra en Sevilla, donde permanecerá hasta su muerte.
Su etapa sevillana es la de auge e importancia, cambia hasta su estilo. Es el artífice de grandes retablos. La obra más importante es el Retablo de la Virgen de los Mareantes o Navegantes para la Casa de Contratación. Hoy en la Sala del Almirante del Alcázar.
La foto está sacada del periódico ABC de Sevilla, que el 15 de febrero de 2017, publicó un articulo que titulaba: "La Virgen de los Mareantes" no se moverá de Sevilla. El motivo la reclamación del gobierno de esa obra para el Patrimonio.
En Alejo Fernández podemos distinguir claramente dos etapas, la cordobesa y la sevillana.
En la etapa cordobesa se nota muy bien su origen alemán, sus figuras se alargan al estilo de los pintores nórdicos e incluso algunas de ellas presentan aspectos ridiculizantes. En esta etapa también tiene una clara influencia italianizante, no sabemos si llegó a estar en Italia, pero sí que tenía conocimiento de artistas italianos. Esta influencia se ve por el uso exhaustivo que hace de las arquitecturas.
En la etapa sevillana pierden valor las arquitecturas y revaloriza las figuras; podríamos decir que los volúmenes predominan ante el dibujo y la línea.
De la etapa cordobesa son las dos obras de la Flagelación de Cristo, la del Prado, que comentaremos y la de Córdoba.
Flagelación con donantes. Alejo Fernández. www.museosdeandalucia.es |
Esta Flagelación pertenece al Museo de Bellas Artes de Córdoba, procede del Convento de Santa Clara. Representa a Jesús amarrado a la columna sin sayones. Dos figuras orantes que son los donantes y una figura más que puede ser San Pedro. Quizá el artista quería representar Flagelación y Negaciones, conjuntamente.
Flagelación del Prado
Grabado prevedari. Wahoo.com |
La escena. El grupo principal está formado por Cristo y cuatro sayones, uno de ellos le tira del pelo.
A la derecha un soldado que se cubre su armadura con la túnica de Jesús. A los pies del mismo aparece un ciego pidiendo limosna. Esta figura puede ser alusión a la ceguera del pueblo judío.
A la izquierda dos personajes, ataviados con ricas ropas, hablan o discuten de lo que ocurre, pues uno de ellos señala la escena.
Más atrás, Pilatos sentado en su trono contempla la escena, al igual que el resto de personajes que se asoman a la terraza.
El dibujo. Siguiendo la web del Museo del Prado, parece ser que hizo el dibujo primitivo sobre papel, después lo pasó a tabla por el sistema del estarcido.
Las expresiones.
Si nos fijamos en los detalles elegidos, nos damos cuenta que en esta primera etapa predomina la línea. A través de ella y copiando el grabado de una iglesia en ruina de Bramante, consigue cierta perspectiva.
No son las expresiones su fuerte en esta primera etapa, se percibe la influencia de su origen nórdico alargando las figuras, engalanadas con ricos ropajes (figuras de la izquierda), pero todas faltas de expresión.
Ridiculiza a los sayones, algo también muy nórdico.
La figura de Jesús, no sufre, languidece.
En las arquitecturas y el paisaje que aparece de fondo vemos la influencia italiana de esta primera etapa. Casi se puede decir que el paisaje es de la Umbría.
Espero no haber cometido ninguna infracción. Sigo dedicando estos ratos a mi familia, amigos, antiguos alumnos y a todo el que tenga la gentileza y paciencia de leerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario