Vamos a retroceder unos veinte mil años y para librarnos del "maldito coronavirus" nos recogemos en una cueva de la Serranía de Ronda .
La Pileta.
Está situada en un paraje de la serranía, en el término de Benaoján. Es una zona kárstica con numerosas cuevas. La llamada Sumidero-Gato, muy conocida por espeleólogos y deportistas que se juegan la vida. La Pileta por sus pinturas rupestres.
Fue descubierta en 1905 por José Bullón Lobato. Muy pronto fue explorada y estudiada por Willoughby Verner. Tres años más tarde, éste. realizó una publicación en la revista británica The Saturday Review, que permitió que llegase a conocimiento del antropólogo Henri Breuil. Comenzó a alcanzar fama esta cueva, hasta tal punto que el 25 de abril de 1924, fue declarada Bien de Interés Cultural.
En la cueva han aparecido restos humanos, herramientas de piedra y fragmentos cerámicos que han permitido la datación de la misma. Se puede asegurar que ya estuvo ocupada durante el paleolítico superior en torno a los 20.000 años AdC. Sus ocupantes serían cazadores-recolectores con carácter nómada.
Las pinturas de la Pileta, nos demuestran que estuvo ocupada durante un largo periodo, pues aparecen pinturas naturalistas, que por comparación con las aparecidas en otras zonas, se corresponden con los periodos Solutrense y Magdaleniense, (15.000 - 10.000 AdC), es decir finales del paleolítico.
En la Pileta, la yegua preñada, la cabra y el pez, pertenecen a este periodo.
La yegua preñada se puede considerar como una de las pinturas más naturalista del conjunto. Vemos que aparece rodeada de otra serie de animales y superpuestas a ella, pinturas posteriores de carácter simbólico en color rojo.
La cabra pertenece al mismo periodo , si bien, resalta muy bien al aparecer aislada.
El pez es la más llamativa por su rareza, no es habitual que aparezca en las pinturas rupestres del occidente europeo. Si aparece en el sur peninsular en Ardales, Motillas o Nerja, lo que nos indica que sería un medio de subsistencia habitual. En el interior del pez aparece otra figura que muchos identifican con una foca, otros con un pájaro, incluso algunos ven una figura humana.
Estas pinturas son simples contornos en color negro, pero muy naturalistas
Aparecen también gran cantidad de figuras esquemáticas, pertenecientes al periodo Neolítico. Hay alguna representación humana de tipo esquemático, pero las que más abundan son los llamados peines o calendarios.
Acabemos esta entrada con la Venus de Benaoján que se encuentra en el Museo Arqueológico de Málaga. Fue encontrada por Tomás Bullón en la sala de los murciélagos.
Es una pequeña placa cerámica de unos 6 centímetros de alto y de medio centímetro de grosor. Nos recuerda a una venus neolítica. Se ensancha en la parte superior e inferior, lo que nos indica que la parte central es la cintura. En la parte superior tiene dos protuberancias, que pueden ser los senos femeninos. En la parte inferior una zona punteada, el vello púbico. Ambas cosas signos de fertilidad, por tanto, una representación de la madre tierra. En la parte superior dos agujeros pueden representar los ojos, pero también pueden servir para convertirla en un amuleto, como colgante.
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