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UNA ESCLAVA EN VENTA
Autor, José Jiménez Aranda, nació en Sevilla en 1837. Estudio en la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría, de la que sería profesor a partir de 1897. Muere en Sevilla en 1903.
La composición es muy centrada. El punto de vista elegido por el autor, es alto; podríamos decir que está tomado desde la altura de nuestros ojos, lo que nos convierte en un espectador más de la escena.
El dibujo es perfecto, Jiménez Aranda es considerado gran dibujante. Lo demostró en su juventud como restaurador de vidrieras y lo volvería a demostrar con sus 689 dibujos para el tercer centenario de la publicación del Quijote. En este cuadro, su dibujo resalta no solo las formas del cuerpo, sino también la actitud de la figura, basta con fijarnos en esa mano tensa sobre la alfombra.
Con el color nacarado, el autor, refleja con maestría la morbidez del cuerpo de la figura. Este color, se sonroja en el rostro, reflejando la vergüenza que siente la joven. Vergüenza resaltada también por la actitud: rostro bajo que no nos deja ver si tiene los ojos cerrados o simplemente entreabiertos.
Las calidades de ese color se hacen evidentes en la mano amoratada que se apoya en la alfombra y el pelo brillante que corona la figura.
Esas carnaciones del cuerpo joven avergonzado y tenso, se resaltan aún más, con la alfombra de ricos colores, sobre la que está sentada; alfombra que nos transporta a oriente y, que lo corrobora el cartel en griego donde se lee Rosa joven de 18 años se vende por 800 monedas.
Jiménez Aranda nos convierte en espectadores, no del cuadro, sino de la escena. Alguno de nosotros podríamos ser dueños de las sandalias, chanclas o zapatillas que aparecen alrededor de la joven, y que nos hablan de una muchedumbre que la rodea, que la observa con diversas intenciones, la agobia y la avergüenza.
Esta obra fue realizada en torno a 1897, es propiedad del Museo del Prado y está en depósito en el Museo de Bellas Artes de Málaga, donde se expone.
Está considerada como uno de los mejores desnudos de la pintura española del XIX.
Espectacular comentario del cuadro. Conocía la pintura y la recordaba porque me impresionó cuando visité el museo. Ahora, tras leer su comentario, me impresiona aún más pues me ha hecho caer en detalles en los que no había reparado. Le animo a continuar con su iniciativa, nos ayuda a aprender y a hacer estos momentos más llevaderos. Gracias
ResponderEliminarMuchisimas gracias. Comentarios como el suyo me animan a seguir haciéndolo, pues le confieso que me está costando más trabajo del que creía. Lo seguiré intentando aunque alguno de los comentarios salga más flojo. Un saludo
EliminarGinés, gracias mil. Conocía este cuadro pero no aprecié los detalles que tú explicas. Deseando volver a verlo, momento en que recordaré tu fabuloso comentario.
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