miércoles, 13 de mayo de 2020

Curiosidades III. El tranvía de La Loma

En el último año del siglo XIX, D. Antonio Conejero Sánchez, viendo el auge minero de la ciudad, inicia la tramitación para enlazar con una línea de tranvía a 600 voltios, el centro de la ciudad con las zonas mineras  de San Roque y “La Tortilla”.
El tranvía de Linares (fotos cedidas por Joaquin Alejandre)

                                                 
Con anterioridad, había conseguido  la concesión  del que siempre sería conocido como “El Tranvía de La Loma”.
Arrancaba de Baeza y Úbeda una doble línea que se unían en La Yedra. Desde aquí, ya unificadas, terminaba en la Estación de Ferrocarril Linares-Baeza.
Pasando por la estación de Tres Olivas (internet)


La Sociedad Tracción Eléctrica de La Loma, TELSA, inicia la construcción en 1905. El 8 de diciembre de 1907, se pone en funcionamiento. El día de la inauguración se vio paliada en parte la frustración que habían sufrido los ubetenses, por haber quedado su ciudad olvidada en el trazado ferroviario de la línea Linares-Almería. En el proyecto inicial de 24 de marzo de 1877, esta línea pasaba por Úbeda, pero la Compañía de Ferrocarriles del Sur ignoró el proyecto, redactando otro propio y evitando el cruce transversal de La Loma.
La época de mayor auge del tranvía fue durante la segunda década del siglo XX. En 1914, se inaugura la línea que unía Linares con su estación. Quedaban comunicados los tres núcleos urbanos principales. Este auge hizo que en los años veinte, ¡felices años veinte!,  se llegase a proponer la ampliación desde Úbeda a Villacarrillo y Villanueva del Arzobispo. Consistiría en recorrer toda La Loma longitudinalmente. No se llegó a realizar, pero quiero recordar que mis antepasados hablaban de que algo de tracción mecánica, no eléctrica, pero relacionado con el tranvía, unieron Villacarrillo y Úbeda.
En 1936 estas líneas se nacionalizan y se incorporan a la Red de Ferrocarriles del Estado.

Tranvía de La Loma (Foto conseguida por Fernando Padilla)

Lo más sorprendente de nuestro tranvía ocurre en los años cincuenta del siglo pasado. Fue un querer y no poder. Fue volver a ilusionar a la gente de la zona, para dejarla esperando. Fue algo que solo ocurre a los jiennenses. Fue un duro golpe. Nos hubiese gustado mucho más agarrarnos al dicho popular de: “Virgencita, que me quede como estoy”. Todo ocurrió en los años cincuenta. En esos años se agudiza la crisis minera. Gran cantidad de jiennenses se ven obligados a emigrar buscando algo mejor. Precisamente en esos años se piensa en remozar el tranvía y convertirlo en Metro Ligero. Todo marchaba sobre ruedas. Se expropiaron los terrenos. Se crearon nuevas estaciones. Se trajeron nuevos automotores. Se decidió el cierre temporal para el cambio de electrificación de 600 a 1,500 voltios.
El 15 de enero de 1966 llegó el cierre, pero fue definitivo. Las estaciones viejas y nuevas nunca mas vieron pasar el tranvía. La macro estación subterránea de la estación Linares-Baeza jamás se abrió, creo que quedó destinada al cultivo del champiñón y a correr de boca en boca en dimes y diretes mal intencionados. Los nuevos automotores no encontraron el trabajo al que venían destinados y también emigraron como muchos andaluces a la CGFC de Barcelona.
¿Culpables? No se responder, que cada uno saque sus consecuencias. Yo solo recuerdo con nostalgia aquel tranvía de La Loma, el que una mañana fría de primavera de 1963, tuve que tomar, mejor dicho, me obligaron a tomar junto a un grupo numeroso de jóvenes jiennenses. Íbamos destinados a cumplir con nuestro compromiso militar. Fue un viaje desagradable pues nos hacinaron en un vagón de mercancías. Pese a todo, tengo que repetir: lo recuerdo con nostalgia y con algo de cariño

1 comentario:

  1. Permitame, D. Ginés, recordar este chascarrillo ubetense de finales de los años 50:

    ¿En qué se parece el pasodoble "Madrid" a la estación nueva?

    Respuesta: en que el pasodoble dice "larán-larán-larán" y la estación nueva l'harán ... con el tiempo.

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