NAVAZALTO
Tengo que empezar diciendo: ¡¡¡GRACIAS MIGUEL!!! Miguel es nuestro amigo Garbillo. Habíamos ido muchas veces a la sierra de nuestro pueblo, la Sierra de las Villas, pero nunca habíamos subido a Navazalto.
Un día, él nos dijo:"Yo os llevo". Dicho y hecho, en la primera ocasión que tuvo, nos encaramó, como buen águila serrana, en su cima.
Al llegar a la cima nuestros ojos no sabían donde mirar, nuestro asombro aumentaba. A nuestros pies el barranco de La Osera. Asombra visto desde abajo, como siempre lo habíamos contemplado. Desde arriba "acojona". Nos alucinó ver los buitres volar por debajo de nosotros.
Por encima de este barranco la belleza del embalse del Aguascebas rebosando. El agua que ya no puede almacenar, irá a cebar a su hermano mayor y, ya unidos los dos, al Rio Grande. ¿No podría estar el origen de su nombre, más en esto que en los lobos?
Un poquito más arriba aún, Chorro Gil. Me llevaron allí de pequeño, no existía la presa, mi recuerdo es muy lejano. Ya mayor, lo he visto desde sus pies salpicándome el agua de su cascada en la cara, esto si lo recuerdo muy bien. Desde la cima de Navazalto, apenas se ve, pero allí está.
Acerquemos Chorro Gil
Detengámonos mirando La Osera
Nos relajamos con el verde esmeralda del embalse del Aguascebas.
Ya tranquilos y relajados, oteemos los amplios horizontes.
Al norte, Villacarrillo, mi pueblo, con el que siempre sueño. La torre rompe el primer horizonte y señala otros más lejanos, los del Condado y Sierra Morena.
También al norte Iznatoraf. Desde Navazalto tengo que volver a dar las gracias a Miguel. Por él conocí la obra de un Hijo Ilustre de esta villa, Jose Cuenca Anaya. Embajador en diversos lugares como Bulgaria, la antigua URSS, Grecia, Canadá. Pero por encima de su labor política, me quedo con su papel de escritor. En sus libros, resucita un castellano que teníamos por muerto. Nos da lecciones de historia en el titulado "De Suarez a Gorbachov", o nos demuestra el amor por estas sierras y el vocabulario de los serranos, en "La Sierra Caliente", " La Noche de bodas", "Sierra, perdices y olivares".
Al este y al sur se contempla la grandeza del Parque Natural. Me gustaría volver a ser joven para volver a subir a sus cimas más altas, visitar sus castillo aún erguidos; pasear por sus valles profundos, oyendo el murmullo de sus aguas, el abanicar de las hojas y el trinar de las aves; acompañar a mis paisanos del Grupo de Espeleología (G.E.V.) y visitar sus entrañas a través de los bostezos de la tierra, como decía Góngora.
Finalizamos oteando el oeste. Nos viene a la memoria Machado, aunque la bruma de la tarde, no nos deja ver con claridad el Aznaitín.
Tiene Cazorla nieve,
y Mágina, tormenta;
su montera, Aznaitín. Hacia Granada,
montes con sol, montes de sol y piedra.
y Mágina, tormenta;
su montera, Aznaitín. Hacia Granada,
montes con sol, montes de sol y piedra.