martes, 9 de octubre de 2012

LUISA DE LUNA, gracias

“Tenía ganas de escribir cosas relacionadas con mis vivencias, defender mis lugares favoritos, contar historias de abuelo…” Eso  dije al empezar este blog hace ya mas de un año. Algo he hecho ya y ahora me propongo mostrar y dar a conocer cosas de mi pueblo, pues aunque muchas de ellas ya han sido mostradas y bien mostradas, pienso que debemos propagarlas lo máximo posible.
Antes de empezar quiero recordar a Julio Rubiales Campos, del que tuve la suerte de ser amigo. Todos sus escritos son fundamentales para conocer las cosas de nuestro pueblo.



También quiero resaltar la labor de la revista AHISVI. Soy colaborador esporádico de la misma, recordando cosas de mi infancia. En esa revista hay preciosos artículos sobre el tema que voy a comenzar a reflejar. Escritos de amigos o desconocidos que me han servido como fuente de documentación y permitidme que mencione a algunos de ellos:
Manuel Ceacero Sánchez. Gracias a él, AHISVI existe. Sabe de todo y te atiende siempre. Me tiene prometido algunas cosas y más que le pienso pedir.
Mi amigo José Miguel Herreros Vela y Sebastián Quesada Avilés. Los dos muy informados sobre los Ocampo, tío y sobrino.
Ramón Rubiales. Gran buceador en la historia de nuestro pueblo.
Ginés Torres Navarrete. Al que algún día espero saludar, como tocayo, y poder pedirle información sobre montones de cosas.
Francisco Martínez García. Experto en latines, me imagino.
Ana Olivares Moreno y Francisco Jesús Martínez Asensio. Me gustaría conocerlos y poder saludarlos. Hay que descubrirse ante su buen hacer.
Francisco Coronado Molero. Me encantaría intercambiar con él opiniones sobre las bóvedas de nuestra iglesia.
Son muchos los que colaboran en la revista. He mencionado  a aquellos que han escrito sobre el tema en el que me voy a extender en este blog.




LUISA DE  LUNA,  gracias


Luisa de Luna era natural de Villacarrillo, hija del maestro cantero Francisco de Luna. Por la profesión de su padre  conoció al joven Andrés con el que casaría a principios de los años treinta del siglo XVI.


Villacarrillo debe dar las gracias a esta mujer, pues el amor que hacia ella sentía su esposo, Andrés de Vandelvira, puede que fuese el motivo por el  que hoy podemos presumir y sentirnos orgullosos de nuestra Iglesia Parroquial de la Asunción.

 



Fernando Chueca Goitia, en su libro  Andrés de Vandelvira. Arquitecto”, dice textualmente: "es una construcción sencillamente excepcional y, sin duda, la mejor iglesia de Vandelvira, si descontamos las obras cumbres de Jaén y Úbeda".


¿Quién era el amor de Luisa de Luna?


Por la morfología de su nombre es posible que Andrés de Vandelvira tuviese ascendencia flamenca. Nació en Alcaraz (Albacete) en el año 1509. Desde muy joven se especializó en la cantería hasta llegar a ser un gran maestro. No se sabe mucho de sus primeros años, parece que trabajó por tierras castellano-manchegas. Se tiene alguna referencia de su trabajo junto a Francisco de Luna, su futuro suegro, en el convento de Uclés en 1529.


En 1536 ya trabaja en Úbeda junto con Alonso Ruiz en la Sacra Capilla de El Salvador. Obra encargada por el Comendador don Francisco de los Cobos a Siloé y que éste, por el ingente trabajo que tenía en Granada, delega en los artistas antes citados, discípulos suyos. El comendador suspende las obras, posiblemente por la poca comparecencia de Siloé, y firma nuevo contrato  en 1540  con Vandelvira y Ruiz. Las obras se continúan, pero respetando las trazas de Siloé.



Posiblemente en este intervalo ya estuviese casado y es cuando su mujer le convence para que inicie las obras de la joya arquitectónica de Villacarrillo. Andrés de Vandelvira, beberá del Plateresco burgalés de Siloé y se afianzará en el purismo de Pedro Machuca. Creará un estilo propio que muy bien, se puede denominar vandelviresco. Notas características de este estilo, serán: las bóvedas baídas, las ventanas de tres vanos, los ajimeces o la estructura de sus torres.
   
         
El estilo de Vandelvira lo extenderán por Jaén y toda Andalucía, su hijo Alonso y todos sus discípulos, entre los que podemos destacar a Aranda. Barba, Régil, etc.




Los hijos de Luisa de Luna
Del matrimonio de Andrés de Vandelvira y Luisa de Luna nacieron siete hijos:
Francisco,   falleció antes de morir su padre.
Alonso, arquitecto como su padre y que escribió un tratado de cantería titulado “Libro de Cortes de Piedra”. A él se debe la iglesia parroquial de San Pedro de Sabiote, en las que sigue de manera fiel el trazado de su padre, al estilo de la de Villacarrillo
Catalina, única hembra, y que según costumbre de la época no llevaba el apellido paterno, si no el materno. Casó en Sabiote con Pedro de Teruel y Pareja. Dejaron numerosos descendientes.
Bernardino. Quizá del  que menos noticias tenemos, pero consta que fue Alguacil Mayor del Condado y que casó en Santisteban.
Pedro, presbítero y a quien el padre fundó una capellanía en Villacarrillo. Según Vicente Miguel Ruiz Fuentes, estuvo asentado en Castellar desde 1581 a 1603
Cristóbal,  también religioso y vecino de  Torreperogil.
Juan, no está claro si residió en Sabiote o en Torreperogil. Lo cierto es que fue al que menos le sonrió la fortuna.

La joya que debemos a Luisa de Luna


La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Se levantó sobre las ruinas del castillo de Mingo Priego, de las que algunos elementos se aprovecharon, posiblemente la base de su torre del homenaje como cimiento de su torre. Esto hace que exteriormente  su aspecto sea macizo. El cuerpo principal de las tres naves sobresale en altura. Los empujes, de esta altura,  se contrarrestan con gruesos estribos que arrancan de un cuerpo inferior correspondiente a las capillas laterales. Esta macicez es fácilmente observable desde el patio interior o desde la plaza Juan XXIII, que hoy ocupa el lugar del antiguo mercado de abastos.


Aún se conservan en su estructura algunos elementos del castillo, una galería que forma parte de la zona del Museo Parroquial, y que se encuentra cubierta con una falsa bóveda.  
Se accede a ella  por dos puertas principales. La Puerta del Sol, que está orientada al oeste y es de gran belleza. Un arco rebajado da forma a una bóveda decorada con casetones y que sirve de pórtico a la puerta principal que se abre bajo un arco de medio punto, decorada la arquivolta central con roleos. Sobre la bóveda descansa un balcón de tres arcos, también rebajados, que cabalgan sobre finas columnas de mármol con capitel toscano. Esta balconada tiene un bello antepecho calado. Es, sin lugar a dudas, lo más plateresco de todo el edificio.

  En el lateral orientado al norte, se abre la otra puerta, conocida como Puerta de la Umbría.  Se tienen referencias de que debió de ser una bella puerta y se consideraba como principal por su situación en alto y, por lo tanto, buena perspectiva. Hoy es una simple puerta adintelada sin apenas decoración
Con Vandelvira colaboran otros maestros canteros, discípulos suyos y que a su muerte continuarán su obra. Alonso de Régil acabara la Capilla Mayor entre 1598 y 1618. Otros maestros que trabajan en este bello edificio son Pedro de Régil, Juan de Ostiaga y Alonso Barba.
El edificio tiene planta basilical o de salón. Es de tres naves, todas de la misma altura, más dos de capillas laterales. 


 Los elementos de soporte y separación de las naves, son esbeltos pilares. Seis de ellos  cilíndricos que llevan adosados cuatro baquetones que los recorren en toda su altura y que son herencia del gótico. Los dos más próximos al presbiterio son de planta cuadrada con columnas adosadas en dos de sus frentes. Los ocho arrancan de un alto basamento. Estos pilares están rematados por un segundo cuerpo, al que podemos llamar cimacio, con estructura de cruz griega, elemento que hace que el edificio gane aún más en altura. De  este cimacio arrancan los arcos que conforman las bóvedas. Este elemento es,  sin duda, un recuerdo al maestro Siloé que lo utilizó en la catedral de Granada y que se convierte en una característica de muchas arquitecturas del renacimiento andaluz.  


La nave central se cubre con cinco cúpulas semiesféricas y con linterna, que descansan sobre pechinas. Cuatro de ellas decoradas con pinturas de Pedro Raxis. (enlace ilusiones ).La que cubre el presbiterio, es más profunda y está decorada con relieves alegóricos.





Las naves laterales, son más estrechas que la  central. Se cubren con bóvedas baídas rectangulares sobre arcos apuntados, que al igual que los baquetones de los pilares son recuerdo del estilo gótico. Las bóvedas de la nave de la Epístola están decoradas también con pinturas de Pedro Raxis, descubiertas hace muy poco. La nave del Evangelio, debía estar igualmente decorada, pero las numerosas reparaciones llevadas a cabo a lo largo de los siglos, han  causado la desaparición de la decoración.

Las capillas laterales se inician a finales del XVI. Están cubiertas con bóvedas de nervios, que podemos considerar como otro guiño al estilo gótico. En total son siete capillas y el acceso de la Puerta de la Umbría.
La nave derecha o nave de la Epístola, comienza con la capilla  de la patrona La Virgen del Rosario. Fue ampliada en el siglo XVII por la familia Manjón.
Le sigue la Capilla de las Ánimas.
A continuación la del patrón Santísimo Cristo de la Vera Cruz. En un principio estuvo dedicada a San Antonio Abad, después al Nazareno. Acabará siendo la capilla del Cristo, cuando Éste fue trasladado a la parroquia, después de la desaparición de su ermita en la zona del paseo, en el siglo XIX. A partir de entonces, fue ampliada y ornamentada en estilo barroco. Los gastos corrieron a cargo de la familia Serrano Sanmartín.  Construyéndose una cripta sobre la que se eleva el camarín.



La última capilla por esta zona derecha es la que podemos llamar de San José, aunque más conocida como capilla de la Sagrada Familia, por el grupo escultórico que la preside. Es la más antigua y la de mayor calidad artística. En los laterales de la misma se han descubierto hace pocos años bellas hornacinas.
Pasada la capilla de la Sagrada Familia, una bella puerta nos comunica con lo que podemos llamar antesacristía y desde aquí otra puerta nos lleva  a la sacristía propiamente dicha.

La sacristía se levanta posiblemente sobre la primitiva iglesia del Santa María del Castillo. Su planta es rectangular dividida en tres tramos, separados por gruesos pilares en los que descansan  arcos de medio punto decorados con casetones en su intrados y sobre ellos bóvedas baídas, con decoración parecida a la del presbiterio.



En la nave izquierda o del Evangelio, tenemos en primer lugar la Capilla del Bautismo.
Le sigue la de La Inmaculada.
A continuación el acceso de la puerta de La Umbría.
 La última por este lado es la Capilla del Sepulcro. Tanto ésta como su equivalente en el lado contrario, tienen las dos una nota curiosa, la clave de ambos arcos, está decorada con el relieve de una calavera.
La Iglesia Parroquial de la Asunción  fue declarada monumento de interés histórico-artístico el 31 de agosto de 1939 mediante un Real Decreto.
Gracias, Luisa de Luna, porque por tu amor a Andrés, todos los campiñeses hemos heredado una joya arquitectónica de la que siempre nos sentiremos orgullosos.















3 comentarios:

  1. Ginés, has realizado un gran trabajo de investigación, y me consta. Éste es el fruto que nace de tu buen hacer, la perseveranca y el amor por tu pueblo. Has conseguido que en mí se reafirme la idea de visitar la Iglesia Parroquial de la Asunción, puesto que aún no he tenido esa suerte. Pero aguantaré dicho deseo y espero servirme del privilegio de que tú me acompañes como experto guía. Enhorabuena por el trabajo realizado, y te animo a seguir escribiendo en tu "Cajón de sastre".

    ResponderEliminar
  2. Amigo Ginés, una gran descripción de esa joya arquitectónica de la que podéis disfrutar en esa gran tierra. Leyendo tu descripción, recuerdo la visita que realizamos a esa iglesia en vuestra compañia y que fue, para Rosa y para mí, descubrir una joya de la que, sinceramente, nunca habíamos oido hablar. Sigue dándonos a conocera los forasteros, éste tipo de joyas que, no se sabe porqué motivos, no alcanzan tanta fama como otras que no la merecen.
    Saludos.
    Rosa y Javier

    ResponderEliminar
  3. Magnífica descripción de la iglesia de tu pueblo, Ginés, aderezada además con estupendas fotos que nos enseñan su gran valor. Un abrazo de tu amigo Fernando.

    ResponderEliminar