sábado, 15 de junio de 2013

SANTA MARÍA DEL COLLADO


          SANTA MARÍA DEL COLLADO
                                           SANTISTEBAN DEL PUERTO
En la falda del castillo de Santisteban, se encuentra  la iglesia de Santa María del Collado. Declarada Monumento Histórico Artístico por Real Decreto de 27 de Enero de 1978.
Es un monumento ecléctico.  Por su planta y estructura se puede considerar como un ejemplo de románico tardío,  poco habitual en Andalucía. Aparecen elementos góticos,  como los arcos apuntados que conforman las naves  y la puerta de acceso principal.  En el siglo XVI se  amplía siendo obispo de Jaén  don Francisco Delgado López, aparecen entonces elementos renacentistas. El camarín de la Virgen se añade a finales del XVII,  y ya tenemos el estilo barroco. Y quizá lo más característico y de máximo valor sea el material  de acarreo de la época visigoda. 


Su construcción debió iniciarse inmediatamente después de la conquista de la zona por Fernando III, que la ocupó y le concedió derecho foral en 1226.
       
 


En época visigoda, debió existir en la zona ermita, capilla o iglesia, muy posiblemente dedicada a San Esteban, ya que fue en esta época cuando cambió el nombre de la población de Ilugo a San Esteban. Su existencia se  atestigua por el material de acarreo que se utiliza en  su  construcción. Lo más significativo las columnas y capiteles, algunos modillones decorativos e incluso una pila bautismal que se encuentra en su interior. Los capiteles están decorados con motivos muy variados: geométricos, vegetales, animales antropomórficos... Entre los motivos geométricos puntas de sierra y taus. Entre los vegetales hojas variadas. Animales, los más significativos por su simbología el pez. Y antropomórficas figuras humanas con gorros o cascos que recuerdan a los monjes guerreros.




La planta de la edificación es basilical de tres naves separadas por columnas  de granito con  fuste, formado por  tambores cilíndricos, que arranca de un plinto que desempeña el papel de basa  y coronados por los mencionados capiteles visigodos. Sobre estos capiteles cabalgan arcos apuntados, formados por dovelas también de granito, que separan las naves. Las tres naves cubiertas con artesonado de madera.


                 


          

La cabecera en su origen fue de tres ábsides. El mayor de ellos, que se corresponde con el presbiterio, esta precedido por un espacio rectangular iluminado por saeteras y conformado por dos grandes arcos triunfales apuntados. El que precede a la nave central arranca  de medias columnas adosadas a un pilar y coronadas por capiteles también de características visigóticas, decorados con tallos florales. El que precede al presbiterio es también un gran arco que descansa sobre pilastras.   





Este ábside estaba cubierto con una bóveda de arista de ladrillo, lo que agrega al eclecticismo del edificio un toque mudéjar. A finales del siglo XVII la cabecera del  ábside se eliminó para construir el camarín de la Virgen. Está cubierto con cúpula sobre pechinas en las que aparecen escudos heráldicos. La linea de sustentación de la cúpula es muy barroca al  presentar numerosas curvas que expresan movimiento.           


Se accede a la iglesia a través de dos puertas. Una se abre al centro de la nave y es la más significativa. Abocinada y conformada por un arco de medio punto de tradición románica, pero enmarcada por tres jambas sobre las que cabalgan arquivoltas apuntadas. La primera de media caña, la  segunda con decoración esquemática, lo que podrían ser lenguas de fuego y la tercera decorada con puntas  o diamantes. Al interior, esta puerta, nos presenta un arco rebajado o escarzano.
   

La segunda se abre en el tramo de los pies y es una puerta que se agrega con la ampliación que se llevó a cabo en  el XVI,  en tiempos del ya mencionado obispo don Francisco Delgado López. Está formada por un arco de medio punto con dovelas impares enmarcadas por una fina media caña.


Estos accesos están precedidos de un pórtico de cinco arcos de medio punto, mas uno lateral, que cabalgan sobre pilares de ladrillo rojo. Este pórtico se construyo en el XVII por orden del obispo de la diócesis D. Baltasar de Moscoso y Sandoval. Posiblemente en la misma época que se construye el camarín de Nuestra Señora del Collado.


Debió tener vanos abiertos a la parte posterior, testimoniados en la estructura del edificio. En esta parte posterior se conserve un precioso pórtico de cuatro arcos  de medio punto que arrancan de esbeltas columnas con basa, fuste liso y capitel toscano con cimacio. Este pórtico comunica directamente con el presbiterio y desde él se accede al camarín de la Virgen.


Como se puede comprobar en la fotografía inferior, en el interior aparece un gran vano convertido en capilla frente a la puerta principal de entrada. Se corresponde con una puerta que comunicaría con el huerto o cementerio situado en la parte posterior. 


El material empleado en toda la fábrica es de mampostería   y argamasa en las que predomina el color rojizo de la zona. En los fustes y capiteles de las columnas, los arcos, canes de las cornisas y algunas pilastras aparecen piedras talladas, en arenisca roja o  granito.




     
    Anexo a la iglesia se encuentra un edificio de tipo conventual  con torre o espadaña que algunos investigadores aseguran que se levanta sobre una torre albarrana del castillo. Este edifico fue convento, casa de las “santeras” y actualmente lo utiliza la Cofradía y en él se ha instalado un museo en el que se exponen todos los ornamentos de la Virgen del Collado

3 comentarios:

  1. Amigo Ginés, llevaba tiempo que no me acercaba ni a mi propio blog. Mi sorpresa ha sido encontrarme con dos nuevas publicaciones tuyas muy recientes. Fenomenal descripción de la arquitectura es la que haces. Con el texto pegado a la foto que se describe, ayuda a entender y aprender de todas esas descripciones. Me ha encantado. Un saludo.

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  2. Magnifico "sastre" estás tu hecho Gines¡¡ mágnifico¡¡¡
    Juan Diego

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  3. Muchas gracias, por estos bellos pasajes, de la historia de Santisteban y del santuario donde se venera a la Santisima Virgen del Collado.
    Ha sido un placer leerlos.

    Francisco Armijo Higueras

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